Fotografía referente a la historia Tomas y su negocio
___Cada vez más asistimos al espectáculo lamentable de ver a un famoso deshecho, enfermo, deprimido o muerto debido a un suicidio en un momento de desesperación. En las plataformas hay varios documentales en los cuales podemos ser testigos, por ejemplo, de la vida triste y desesperanzada de Lady Gaga o de Céline Dion.
___En el caso de la primera, la fibromialgia la ataca de una manera atroz, sin darle respiro alguno, y tienen que inyectarla para menguar, aunque sea en parte, los fuertes dolores que la doblegan y la obligan a cancelar giras y conciertos.
___En el caso de la segunda, la enfermedad que padece es el Síndrome de la Persona Rígida, una serie de ataques que la dejan convertida en una masa sólida que no puede moverse, agarrar algo o caminar. En un instante súbito ella se dobla, se endurece hasta el punto de no poder hablar siquiera, y todo su aparato muscular queda convertido en una estatua de cemento. Este síndrome acabó con su carrera y ella lleva más de tres lustros encerrada en su casa sin poder cantar, que es la razón y el propósito de su vida. Se la pasa yendo y viniendo de una terapia a otra, y los médicos ya le advirtieron que la enfermedad no tiene cura y que no desaparecerá de un momento a otro. Tendrá que vivir con ella hasta el último día de su vida.
___Muchos otros famosos sufren de dolencias similares y trastornos mentales que los van minando poco a poco hasta sacarlos de los circuitos populares en los cuales se mueven con bastante propiedad. Las palabras claves aquí son estrés y ansiedad. Esa presión y ese nerviosismo permanente son los que van lesionando gravemente el sistema nervioso central hasta anular al sujeto por completo. Los nombres abundan. Los famosos viven siempre al límite de sus fuerzas.
___Esa es la razón por la cual me gusta mucho un pequeño documental que está en Street Food Latinoamérica (Netflix) que se refiere a un chef peruano hijo de japoneses llamado Tomás Matsufuji. Su padre tenía un restaurante de comida de mar muy famoso llamado La Cocina de Darío y, al morir, Tomás heredó la responsabilidad de sostener la tradición del lugar. Pero nunca se sintió a feliz en él. Había demasiado protocolo, demasiada elegancia y sofisticación para su gusto, demasiados meseros y un exceso de gente bien vestida y adinerada que lo fatigaba con sus gestos amanerados y sus poses de millonarios. Así que decidió cerrarlo, gesto que fue interpretado, en su momento, como todo un fracaso.
___Tomás tiene un doctorado en Química en el Reino Unido, no es un individuo chabacano o sin educación. Al contrario, es brillante, introspectivo y muy perspicaz. Lo que sucede es que se dio cuenta de que ese camino del aparente éxito no era el suyo y decidió abrir una barra de comida de mar barata y popular muy cerca del mercado número 2 de Surquillo, en Lima. El sitio se llama Al Toke Pez y allí se ve a Tomás feliz, dichoso, cocinando con un grupo de amigos para gente de barrio que llena el lugar desde el mediodía en adelante. Maravilloso. Toda una lección de agudeza mental e irreverencia.
___Este tema del éxito, la riqueza y la opulencia me recuerda a un narcotraficante multimillonario al que iban a extraditar. Le hicieron una entrevista justo antes de subirse al avión para irse a una cárcel de Estados Unidos de por vida. El periodista le dijo que él había tenido todos los lujos posibles y que en ese justo momento qué le gustaría tener. Y el hombre dijo con una tristeza infinita:
___– Me gustaría comerme un helado en un parque y leer el periódico en paz.
___Extraordinaria respuesta, directa, auténtica. Tiene toda la razón. El éxito no es toda esa serie de imágenes superficiales y anodinas que promulgan muchos influenciadores y youtubers, todo ese listado de hoteles, autos y ropa de marca que suelen promover y patrocinar. No. El éxito es tomarse una taza de café viendo las matas y los árboles, servir a los demás, sacar el perro a caminar en una tarde de sol o leer un buen libro en una hamaca. Ese es el éxito verdadero. Y conviene no olvidarlo.